En este mundo donde las telenovelas acaparan gran parte del tiempo libre de millones de personas, la demanda de escritores se ha disparado. Pero los libretos, con frecuencia, hacen rabiar a un espectador impotente al ver como mueren sus personajes favoritos sin que la pluma del escritor respete el que sea incluso un protagonista. Las novelas de hoy en día nos recrean el sufrimiento humano en un entorno donde los malos parecen siempre salirse con las suyas y los buenos, cuando por fin consiguen ser felices, si es que lo logran, la novela ha terminado privándonos de disfrutar de esa felicidad.

La novela de Leydy Hernández es muy diferente, recobrando el espíritu de los escritores de antaño, donde se podía disfrutar de una lectura refrescante, sin tener por ello que sufrir. Son grandes historias de amor, con interesantes tramas que nos hacen soñar. Leydy no enreda las cosas a tal punto que tenga que matar a sus personajes para hallar una solución, sino que encuentra fantásticas salidas donde todo el mundo termina siendo plenamente feliz.

Con su obra, Leydy da a nuestras vidas un trozo de felicidad. No es de extrañar que la dedique a los que más la necesitan. Es muy encomiable que en este mundo, donde la crueldad parece haberse apoderado de la pluma, todavía alguien sea capaz de escribir así.